martes, 21 de marzo de 2017

Entre especulación y oportunidades

De enero a la fecha es cierto que subieron los combustibles, productos y servicios. Esto conllevó en su momento un malestar generalizado y al final se difuminó como esperaban los creadores de los incrementos apelando a la indiferencia.

Lo que es cierto, es el hecho de que el tema especulativo va perdiendo poder ante hechos más claros que conducen las medidas económicas a nivel mundial. Aunado a la mitigación del ruído excesivo en materia económica en todas las economías.

Ante esta incertidumbre lo que se ve claro es que los energéticos tendrán variaciones menores en los próximos meses y a mediados de año un ajuste, como marca los patrones de comportamiento de la economía y las variables que se mueven en el entorno mundial. Surgirá ruido con miras al cierre del año por temas como el TLC y algunas burbujas que vienen tomando peso.

Es entonces que lo caro y lo de siempre, será presa fácil para los disruptores, que sin duda seguirán rompiendo los paradigmas actuales para dar paso a nuevas experiencias de servicio, productos aún más accesibles y explotando los beneficios de la tecnología y logísticas más simples.


Un factor que se queda en el camino son el estrés y las opciones que no se han concretado para desacelerar una sociedad complicada, pendiente del tiempo y los segundos, olvidándose de las horas y la importancia que tienen muchas más cosas que solo absorberse en el pesado tránsito y jornadas irracionales que no se convierten en mayor productividad.

Los resultados de las empresas se ven afectados por el sentido de pertenencia, que cada vez se ve más afectado por el radiopasillo y la espera de resultados que no se concretan debido a la gran cantidad de actividades que se pretenden ejecutar al mismo tiempo y en la mayoría de los casos sin un orden, ya sea por la dinámica misma de los jefes o por que no se ha desarrollado un método que permita ordenar las prioridades y su seguimiento. No me refiero a que seamos unos genios del modelo de Rockefeller, administración de proyectos o cualquier otra disciplina. Muchas veces tan solo es cuestión de hacer un alto en el camino, replantearnos hacia dónde vamos y entonces determinar por prioridades y acuerdos lo que permitirá llegar a ese destino y una mejor manera de emplear los tiempos.

Es un mito el hecho de bloquear los accesos a la organización para que la gente no navegue en horas laborales. Al contrario, la cultura y disciplina permiten un mejor uso de los medios y en consecuencia del ambiente laboral y los resultados.

Muchas veces el estrés o la desesperación no nos permiten ver lo sencillo que algunas cosas se pueden resolver y fomentar la participación de los equipos con un liderazgo natural que permite organizar con reuniones diarias de 5 minutos, para impulsar los objetivos.

Un factor clave en todo esto es la sensibilidad de las personas hacia las personas, esto es, si se brinda un servicio y no focalizamos el objetivo del mismo, todo el trabajo de la empresa/institución se viene abajo, por pequeños grandes detalles.

Al final la certidumbre de focalizarnos y ampliar nuestras expectativas permite minimizar el efecto de la especulación e identificar las oportunidades para diversificar o innovar.

Algo básico: la culpa no es de los demás países y las redes sociales, basta voltear a ver lo que nos falta y entonces trabajar en ello.

Jorge Mercado

@JormerMX
#JMCoach 

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