El auge del Internet de las cosas (IoT, Internet of things) hoy en día ha capturado la atención de la mayor parte de los esfuerzos en desarrollo e integración. Más aún cuando todo aquel dispositivo electrónico con capacidad de intercambio de información se convierte en una fuente de datos.
Lo anterior exponenciado con los patrones de comportamiento y la programación cognitiva que con el empuje del big data, analíticas y software evolutivo; crean un potencial interesante no solo para marketing, sino para gestión de riesgo, educación, seguridad, epidemiología, sanidad, servicios postventa, entre otros.
Sus proyecciones económicas del 2030 en adelante son impresionantes, más aún si para el 2020 su impacto tiene el foco de un amplio espectro de apuestas de innovación e integración en prácticamente todos los ámbitos. Esperando generación de más de 20 billones de dólares.
Quizás la misma tecnología es un ancla bloqueante, esto es, los anchos de banda para su adecuada explotación, los problemas de seguridad digital que cada vez se complican más, aunado al tema almacenamiento y capacidad de procesamiento que apuesta quizás a las bondades cuánticas para contar con una alianza de procesamiento que hoy no solventa las tecnologías de big data, paralelismo y analíticas de hoy en día. Sin olvidar la infraestructura que en la medida que evoluciona simplifica la capacidad de procesamiento es entonces que la solución es integral.
El Internet de las cosas debería codificar de 50 a 100 000 mil millones de objetos y seguir el movimiento de estos; puesto que se calcula que todo ser humano está rodeado de por lo menos de 1000 a 5000 objetos, Según la empresa Gartner, en 2020 habrá en el mundo aproximadamente 26 mil millones de dispositivos con un sistema de conexión hacia el Internet de las cosas. Con la próxima generación de aplicaciones de Internet (protocolo IPv6) se podrían identificar todos los objetos, algo que no se podía hacer con IPv4. Este sistema sería capaz de identificar instantáneamente por medio de un código a cualquier tipo de objeto.
Las conexiones no tan solo son por WiFi y Bluetooth, radiofrecuencias de baja escala y otras conexiones se convierten en medios alternativos, no olvidemos las ventajas del uso de RFID, código QR, dispositivos PLC, etc. Al final en todo ámbito de la vida humana y del planeta se puede establecer algún tipo de dispositivo que brinde algún dato que en tiempo o por analítica brindará un valor para gestión de riesgos, marketing, servicios, alertamiento, etc.
Es paradójico que el hardware evolucione y el software consuma más cada vez. Más la simplicidad y pensamiento lateral abren soluciones armónicas con las nuevas técnicas de inteligencia artificial, rastreo de patrones con cámaras, asistentes virtuales, autos y demás medios con sentido autómata, nanotecnología, etc.
En la medida en que se adhieran estos beneficios al mundo real, el empuje a las simplificación y digitalización de servicios serán quizás los exponenciadores de su desarrollo y aceptación en un mundo agitado y demandante, tan paradójico como la intercomunicación digital y el aislamiento personal o la acumulación de tanta información y saber menos.
Finalmente nos regresa al principio básico de que “el ser humano evoluciona cuando le cae el veinte de que es humano por Jorge Mercado”
Todo un segmento por seguir en su amplio desarrollo y en esta ocasión tan solo damos un breve acercamiento.
Por cierto las diversas regulaciones serán su catapulta o ancla.
JMCoach
@JormerMx