Mejoras en el día a día

Más allá de buenos deseos y frases alentadoras, en la vida diaria se reflejan los hechos, acciones, decisiones, aprendizaje. Quizás no los vemos por las barreras del estrés, miedo, creencias, juicios, el qué dirán.

En el coaching de vida trabajamos en incrementar la conciencia de no juzgarse. Las personas se ven a sí mismas como jueces y en este acto se hacen dudosos y tensos, eso interfiere con su potencial.

Nos enfocamos entonces en clarificar el objetivo e inspirar autoconfianza. Las personas tienen más potencial del que ellos piensan. El trabajo de un coach es reducir la interferencia y hacer crecer ese potencial.

El día a día requiere un desarrollo constante y persistente, para mantener un equilibrio de efectividad en los ámbitos de la vida. Expresando lo que somos en los distintos roles y basado en hechos, acciones y aprendizaje.

El estrés diario nos puede llevar a olvidarnos de quienes somos, las cosas importantes, incrementar riesgos de salud, el sentido de la vida en sus distintos ámbitos, tiempos y espacios.


“Partiendo de que no se puede ayudar a quién no desea ser ayudado, el Coach te acompaña a que te caiga el veinte” y logres definir tus prioridades, lo realmente importante (¿a dónde vas?), fortalecido con lo que quieres, deseas, necesitas, sientes.


En cierta forma es dejar el miedo y lo establecido que nos encierra en pensar "lo que esperan los demás de nosotros", cuando lo importante es uno mismo. Partimos de ahí para redefinir hábitos, replantear valores y establecer acciones. Esto fortalece salud, mente, espíritu.


Esto nos lleva a estar bien con uno mismo y predicar con el ejemplo, al final somos lo que hacemos no lo que decimos. Esto nos permite convertir el pasado en experiencia y retomar el presente con apertura hacia nuevas perspectivas y acciones concretas; retomando la experiencia, recursos disponibles y conocer lo que nos puede servir en el camino, dentro de un plan de acción concreto. ¡A tu alrededor hay tantos recursos!

Cuando tenemos una charla, pensamos en todo y nos olvidamos de la esencia de la charla: conversar, escuchar. Muchas veces la otra persona solo necesita ser escuchada, lo mismo que tú.

Muchas veces nos estamos predisponiendo a una respuesta, en lugar de escuchar y buscar entender conversando, para proponer o solucionar.

Solemos llevar los problemas del trabajo a la casa y viceversa, cuando todo tiene un espacio y un tiempo, equilibrando cada ámbito de la vida.

Cuando nos abrimos a escuchar las distintas opiniones, puntos de vista; al final aprendemos a observar desde otras perspectivas y cambiar los problemas por oportunidades y los juicios por opiniones, propuestas o creatividad.

Dentro del equilibrio diario se nos olvida agradecer a los demás por el simple gusto de hacerlo y nos olvidamos de los pequeños grandes detalles que transforman la vida, de ahí que de la forma de pedir está el dar y el ambiente donde convivimos.

Retomando lo importante, partimos hoy hacia vivir hoy con la visión al futuro con la confianza de que desafiaremos lo establecido, sobrepasaremos la incredulidad, aprenderemos a escuchar, observar, construir y ser uno mismo.

Me sorprendo de la forma en la que puedes ampliar tu perspectiva y darte cuenta de recursos que ya tienes, pero que tal vez no sabes utilizar. Una vez que sabes que los tienes y los usas a favor de tus objetivos, todo se alinea de manera que encuentras la forma de llegar.

Quizás se nos olvida que una sonrisa es como decir gracias y que la vida es importante cuando te das cuenta de que formas parte de ella y no estás solo.

“Toda persona tiene el potencial de su experiencia aunado a 2 potencias innatas: creatividad y espontaneidad.” – JMCoach

@JormerMx

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